También se define como la persona que se dedica a transmitir eficientemente un mensaje a un público objetivo a través de determinados medios. Desde algunos centros de formación se dice que el comunicador social es quien ejecuta un trabajo social de informar y convencer a través de cualquier medio masivo de comunicación. 

Por lo tanto, se puede decir que la esencia de ser un buen comunicador reside en el poder que posee de convicción, seguridad, conocimiento y honestidad. Por otro lado, debe acompañarlo la humildad para reconocer que existen otras personas que perciben y comprenden la realidad desde otros y diversos puntos de vista, un aspecto que se debe aprovechar para saber cómo dirigirnos a otros. 

businesspeople in a meeting room

Según Anthony Robbins “Para comunicarse de manera efectiva, debemos darnos cuenta de que todos somos diferentes en la forma, en la que percibimos el mundo y usar este conocimiento como guía para nuestra comunicación con los demás”. 

Hay muchas personas que califican como buen comunicador y no precisamente deben ser profesionales. Por ejemplo, puede ser un buen comunicador un vendedor de tiendas especializadas, políticos, presentadores en el área de televisión, empleador/líder, entre otros. Se trata simplemente de gente que saca provecho al talento innato y especial que poseen para comunicar de manera eficiente a los demás. Esto implica entonces, la acción de persuadir, entender, convencer, entretener o predisponer hacia otros una determinada convicción y/o comportamiento. Para ello se requieren diversas habilidades, tales como; la capacidad de escuchar, observar y tener empatía, emplear un lenguaje adecuado para su público, a menudo claro, sencillo, directo; y naturalmente, el tener un propósito.

Un buen comunicador debe articular de manera adecuada un lenguaje sencillo y directo para ser eficiente, por lo tanto, se pone énfasis en el tono que posee el interlocutor o con la audiencia, como se expresa, y el lenguaje ya sea verbal o no verbal a utilizar. Es por ello, que el comunicador debe conocer sus fortalezas y debilidades al gesticular, al variar la entonación, al poner énfasis en los gestos y el manejo de pausas y silencios. 

Por lo tanto, quien posee este talento de manera innata o se ha esforzado en potenciar sus habilidades de comunicación, a nivel humano, es por cierto un comunicador, aunque no tenga un título profesional, es por ello, que no hay impedimentos para poder comunicar. 

Pero, entonces ¿qué nos convierte en buenos comunicadores?, ¿cómo puedo ser un buen comunicador?, ¿qué habilidades debemos desarrollar? Todas esas interrogantes podrán ser respondidas tras indagar a continuación, en las habilidades que te convierten en un buen comunicador. 

1.       Transmitir con claridad el mensaje:

Antes que el comunicador o comunicadora comience a transmitir el mensaje, debe tener muy en claro, que es lo que desea decir, y cómo desea trasmitir a la audiencia para que ésta reciba el mensaje.

2.       Manejo de las emociones:

El comunicador o comunicadora debe tener la capacidad de manejar sus emociones evitando que estas lo/la invadan o dominen. Siendo uno de los puntos claves para ser un buen comunicador. 

3.       Creatividad narrativa y expresiva:

Generar la comunicación a través de diversas formas creativas e interesantes para contar las historias y desarrollar así un estilo propio mediante el lenguaje, esto implica el tono y/o formas para cautivar y despertar emociones e interés en la audiencia. 

4.       Capacidad de enfoque:

Para ser un buen comunicador, tanto para hablar o recibir la información necesitas concentrar toda tu atención en el momento, eliminando los factores de distracción externos.

5.       Escuchar:

Otra característica importante para ser un buen comunicador o comunicadora tiene relación con el saber escuchar, por lo general, nos preocupamos por el mensaje que deseamos transmitir, sin embargo, debemos enfocarnos a su vez en escuchar lo que los demás nos quieren decir y/o transmitir.

6.       Evitar hacer juicios:

Si realmente buscamos o queremos entender a alguien, debemos dejar los juicios de lado. Mantener la mente abierta y evitar en lo posible realizar juicios de valor, sobre todo si no tienes elementos necesarios para formar una opinión. 

7.       Conocer las necesidades de la audiencia:

Además de lo que queremos comunicar, debemos comprender el público al que nos vamos a dirigir y así adaptar el discurso, redacción y/o expresión no verbal, para mantener el interés en la audiencia. Por lo tanto, el comunicador o comunicadora, debe identificar las necesidades para satisfacerla. 

8.       Brindar retroalimentación:

Realizar preguntas para profundizar el tema y así generar interacción con tu audiencia, resaltar las ideas principales y concluir expresando respetuosamente tu visión y experiencias pueden enriquecer el dialogo. 

9.       Utilización de lenguaje no verbal:

Nuestra presentación personal y lenguaje corporal es igual de importante que lo que buscamos transmitir a través del lenguaje verbal. Para proyectar en la audiencia una imagen confiable, sincera y agradable, comienza por saludar a las personas con seguridad, enseña tus manos, evita demostrar una postura defensiva y a lo largo del lenguaje verbal realiza cambios en el volumen de la voz adecuados a cada situación. 

10.   Asertividad:

Ser asertivo implica expresar lo que sientes y piensas respetando a los demás. Para ello es importante valorar la opinión de los demás al igual que la opinión personal, y así aprender a expresarse de manera respetuosa. A su vez, ser asertivo significa aprender a decir “no” cuando esto sea necesario. 

Finalmente podemos concluir que al tener la habilidad para comunicarnos con otras personas y convertirnos en un buen comunicador, nos ayudará a inspirar respeto, generar confianza y ayudaremos a resolver los problemas con mayor eficacia, así como también tomar decisiones con mayor rapidez y asertividad, por lo tanto, los buenos comunicadores están un paso adelante.